Miltos y Constantino el Magno
Miltos es el gatito de la foto. Es de mi amiga Eftychia y vive en la Nicosia de 2005. Constantino el Magno era aquel emperador que en 330 transfirió la sede del imperio romano a Bizancio y- mirando hacía su ombligo- le dio el nombre Constantinopla (la ciudad que hoy en día se conoce con el nombre Estambul).
Miltos debe su razón de existencia a Constantino el Magno. El no lo sabe, pero yo sí y pronto vosotros también…
Sucede que Chipre de 58 BC hasta mediados del siglo IV formaba parte del imperio romano. La época romana, aunque fértil en lo cultural, fue época de pocas lluvias. La isla sufrió una de las peores sequías de su historia y como resultado se llenó de serpientes venenosas que correteaban las ciudades y los campos y pegaban mordiscos letales a los agricultores y a los niños que jugaban la pelota por las calles. Las desgraciadas esposas y madres de las víctimas dijeron Joer macho! Eso es el colmo y unidas decidieron que si Constantino no se encargara del asunto inmediatamente, le quitarían el voto de confianza y se harían de Calocero en las próximas –ejem- elecciones.
Constantino, como buen emperador que era, no se quedó con las manos cruzadas y quiso dar fin a esta desgraciada etapa Por razones de fuerza mayor - excusa que a la que sigue aludiendo todo político chipriota que quiere escaquearse de los marrones- no pudo ocuparse del asunto personalmente, así que metió en el primer barco rumbo Chipre a su ayudante Calocero y miles y miles de gatos hambrientos, con el fin de que los últimos devorasen las asquerosas criaturas escamosas. Y así fue…
Hacia 340 AC llegó el barco con retraso (estamos en la época romana, no en la británica así que los retrasos eran frecuentes) y con la población felina –como poco- duplicada. Los gatos comieron todas las serpientes y, junto a las unidas y aliviadas chipriotas, vivieron felices y comieron perdices .Desde aquel siglo se apoderaron de las calles de la isla y viven sobre todo en ellas. En Chipre hay muy pocos gatos domesticados.
Miltos, y de eso estoy segura (solo hay que fijarse en sus bellos y finos rasgos), es bis bis bis bis nieto de uno de aquellos gatos romanos, cuyos parientes aun viven felices y comen ,en vez de perdices ,Whiskas.
Y esta es la historia que justifica la existencia de los miles y miles de gatos callejeros en Chipre. No es culpa de los alcaldes, claro que no! La culpa la tiene Constantino el Magno y tal vez Calocero tambien…
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Este post no es muy gastronómico pero si visitáis cualquier chino barato de Nicosia, igual se convierte en uno ( vease gatito agridulce, gatito with black bean sauce etc
Miltos debe su razón de existencia a Constantino el Magno. El no lo sabe, pero yo sí y pronto vosotros también…
Sucede que Chipre de 58 BC hasta mediados del siglo IV formaba parte del imperio romano. La época romana, aunque fértil en lo cultural, fue época de pocas lluvias. La isla sufrió una de las peores sequías de su historia y como resultado se llenó de serpientes venenosas que correteaban las ciudades y los campos y pegaban mordiscos letales a los agricultores y a los niños que jugaban la pelota por las calles. Las desgraciadas esposas y madres de las víctimas dijeron Joer macho! Eso es el colmo y unidas decidieron que si Constantino no se encargara del asunto inmediatamente, le quitarían el voto de confianza y se harían de Calocero en las próximas –ejem- elecciones.
Constantino, como buen emperador que era, no se quedó con las manos cruzadas y quiso dar fin a esta desgraciada etapa Por razones de fuerza mayor - excusa que a la que sigue aludiendo todo político chipriota que quiere escaquearse de los marrones- no pudo ocuparse del asunto personalmente, así que metió en el primer barco rumbo Chipre a su ayudante Calocero y miles y miles de gatos hambrientos, con el fin de que los últimos devorasen las asquerosas criaturas escamosas. Y así fue…
Hacia 340 AC llegó el barco con retraso (estamos en la época romana, no en la británica así que los retrasos eran frecuentes) y con la población felina –como poco- duplicada. Los gatos comieron todas las serpientes y, junto a las unidas y aliviadas chipriotas, vivieron felices y comieron perdices .Desde aquel siglo se apoderaron de las calles de la isla y viven sobre todo en ellas. En Chipre hay muy pocos gatos domesticados.
Miltos, y de eso estoy segura (solo hay que fijarse en sus bellos y finos rasgos), es bis bis bis bis nieto de uno de aquellos gatos romanos, cuyos parientes aun viven felices y comen ,en vez de perdices ,Whiskas.
Y esta es la historia que justifica la existencia de los miles y miles de gatos callejeros en Chipre. No es culpa de los alcaldes, claro que no! La culpa la tiene Constantino el Magno y tal vez Calocero tambien…
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Este post no es muy gastronómico pero si visitáis cualquier chino barato de Nicosia, igual se convierte en uno ( vease gatito agridulce, gatito with black bean sauce etc